Un estabilizador de tensión AVR es un equipo electrónico o electromecánico, destinado a dar una tensión estabilizada en su salida (230 Voltios ó 380 Voltios), aunque en su entrada la tensión eléctrica sea más baja o más alta del valor de utilización.
La tensión de entrada se toma de la red normal de distribución eléctrica pública, la cual por la influencia de los consumos vecinos o los propios, puede variar entre valores muy bajos o muy altos, pudiéndose ocasionar anomalías en los equipos conectados.
Pero el concepto de la función más solicitada que se le pide a un estabilizador es la de protección de cargas críticas y la estabilización de la tensión de red.
La precisión de un estabilizador es la exactitud de la tensión de salida del estabilizador, habitualmente se expresa en porcentaje (± 5%) y cuanto menor es el porcentaje más exacta es la tensión de salida y mejores prestaciones tiene el estabilizador.
Los tipos más habituales de estabilizador son los siguientes:
Estabilizadores electromecánicos (accionados por servomotor). Aconsejados para motores, bombas, grandes cargas y cargas muy críticas. Muy utilizados en entornos industriales. Sus principales características son:
- Sistema continuo por pasos controlados electrónicamente y normalmente por microprocesador
- Circuito de potencia sin interrupción de corriente en la salida
- Apagado por alta tensión de salida, con reencendido automático y estable
- Rango amplio de entrada de tensión entre 150-265 V
- Soporta grandes impactos de carga con una Precisión en la salida del ±2%
- Gran capacidad de sobrecarga (hasta el 250% de su intensidad nominal)
- Fortaleza constructiva y funcional
Estabilizadores electrónicos. Además de estabilizar la tensión de salida deberá caracterizarse por:
- Poseer un Filtro contra ruidos eléctricos de media y alta frecuencia
- Recortar los picos transitorios de sobretensión
- Efectuar un apagado por sobretensión permanente
- Disponer de una alta velocidad de respuesta (normalmente 1 ciclo, 20 milisegundos),
- Conseguir un amplio margen de la tensión de entrada con un menor margen en la tensión de salida (±2%)
- Tener un control electrónico de funcionamiento
- Generar una baja o nula distorsión en la onda de salida
- Disponer de un buen rendimiento
En muchas ocasiones son preferibles a un SAI para proteger equipos delicados que no precisen de continuidad eléctrica. También son adecuados para garantizar el voltaje correcto en lugares donde el suministro es irregular y deben emplearse motores o bombas que de otra forma no funcionarían correctamente.
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